La migración china en Chanchamayo forma parte de un proceso más amplio de llegada de trabajadores chinos al Perú en el siglo XIX. A mediados de ese siglo, miles de inmigrantes, principalmente de Cantón (Guangdong), arribaron como culíes bajo contratos forzados para suplir la falta de mano de obra tras la abolición de la esclavitud. La mayoría fue enviada a las haciendas de la costa y a las islas guaneras, donde vivieron en condiciones durísimas.

Sin embargo, una parte de estos trabajadores buscó nuevos destinos. Algunos lo hicieron tras cumplir sus contratos, otros huyendo de la explotación. Así fue como varios se internaron hacia la selva central, especialmente a los valles de Chanchamayo y Satipo, en una época en que el Estado peruano impulsaba la colonización agrícola de la Amazonía. Allí encontraron un territorio fértil y la posibilidad de rehacer sus vidas lejos de la servidumbre.

En Chanchamayo, los migrantes chinos se dedicaron principalmente a la agricultura. Cultivaron café, arroz, caña de azúcar y frutales tropicales, introduciendo nuevas formas de producción e irrigación. Algunos se convirtieron en pequeños propietarios o comerciantes, participando activamente en la economía local y ayudando a consolidar la región como una zona agrícola de importancia para el país.

Un aspecto notable fue la integración cultural. Muchos de estos inmigrantes contrajeron matrimonio con mujeres indígenas asháninka y yanesha, generando un mestizaje que dio lugar a familias con raíces chinas y amazónicas. Este encuentro se reflejó en la gastronomía local, que combinó el uso del arroz, las verduras y el cerdo con productos amazónicos. Además, apellidos como Wong, Chu, Tai o Fong se volvieron comunes en la selva central, dando cuenta de esta herencia.

Con el tiempo, los chinos en Chanchamayo se organizaron en comunidades y mantuvieron lazos con sus compatriotas de Lima y la costa, aunque su integración en la selva fue más profunda. Hoy, la presencia china en ciudades como La Merced, San Ramón y Satipo es parte inseparable de la historia local y de la identidad cultural de la región.

En resumen, la migración china en Chanchamayo no solo fue una consecuencia de la gran ola de inmigración china al Perú, sino también un proceso singular en el que la búsqueda de libertad y mejores condiciones de vida llevó a cientos de migrantes a integrarse con poblaciones amazónicas. De esa experiencia nació una identidad híbrida que aún define a la selva central. Orlando y Juan Lanfranco desarrollaron fuertes vínculos con dicha comunidad, como la expresan los personajes de las fotografías del hacendado culturoso.

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